Gefährliches Mädchen

Por Hikaru Kudou

Los muchachos llevaban media hora esperando cada uno en sus respectivas posiciones Aya y Omi entrarían como camareros, Ken como Miembro de vigilancia y Youji como un invitado más de la fiesta, en esta ocasión los muchachos estaban tras la pista de un narcotraficante latino muy poderoso.

—   Okay Youji kun el password para entrar a la fiesta es "Scherzo", ah y no olvides el antifaz.

—  Yo si que la pasaré muy bien... Mujeres hermosas, exquisitos potajes y buena música jaja ¿No me envidian? — Youji sonreía burlón ante los azorados gestos de Ken.

—    *Kuso! — Refunfuñó Ken por lo bajo.

—    Hoy sólo estamos aquí para medir al tipo, entendido — Advirtió Aya en tono imperativo.

—    *Wakarimashita! — Los tres asesinos restantes.

—  Escobedo es nuestro punto clave esta noche, y ya sea Aya kun, Ken kun, o cualquiera de nosotros el que le coloque el micro transmisor en la ropa debe asegurarse que este quede bien adherido a ella.

Youji entró en el salón en donde se organizaba la fiesta, era un salón tipo europeo muy elegante y bien iluminado con enormes y onerosas lámparas, el lugar estaba lleno de políticos, empresarios y demás hombres importantes, todos vestidos con frac, muy elegantes y las mujeres, todas ellas con elegantes vestidos y costosísimas joyas, además de eso todos llevaban antifaces. No tardó en llamar la atención de las damas presentes y más de una señora mayor se le acercó, eso no era novedoso para él pues estaba acostumbrado al asedio de mujeres de distintas edades.

—  Espero que Youji kun no olvide su misión — Le susurró Omi a Aya mientras llevaba una bandeja con canapés.

El casanova se hallaba muy a gusto parloteando con un par de chicas muy lindas, cuando de pronto alzó la vista hacia un costado pues sintió que un par de ojos penetrantes le habían clavado una mirada por la espalda, Youji devolvió quitándose el antifaz con una fresca sonrisa además de una mirada seductora y desenfadada. Toda la noche se dedicó a atisbar de vez en cuando a la dueña de la mirada punzante, una chica de exótica piel canela y cabellos negros cortos, no más de veinte años, llevaba un vestido negro strapless ceñido muy largo, unos guantes largos de color blanco y una fina gargantilla de brillantes — Latina de seguro — Pensó Youji, la chica se encontraba sola así que él se las ingenió para escabullirse de las otras chicas e ir al encuentro de la morena que había llamado su atención desde hacia varias horas.

—  Youji kun! No te distraigas! — Omi lo reprendió discretamente cuando este se dirigía hacia su nueva conquista.

—    Okay — le contestó de mala manera mientras engullía uno de los canapés que Omi llevaba.

—  Mujeres como esa no son tan comunes aquí ¿verdad? — Señalo Youji con un leve movimiento de cabeza, a lo que Omi volteo disimuladamente para luego replicarle — Concéntrate en lo que vinimos a hacer.

La orquesta tocaba y al casanova no se le ocurrió mejor idea que sacar a bailar a la chica, pero sus avances se vieron frustrados cuando un hombre mayor se le adelantó y la invitó primero.

—  Mi oportunidad — Pensó ella dejando ver en sus ojos un frío fulgor.

—  Kuso! — Rezongó Youji, pero Oh! Sorpresa el que estaba bailando con la chica era nada más y nada menos que Escobedo el objetivo de esa noche.

—  Aprovecharé la oportunidad y mataré dos pájaros de un solo tiro, me acerco a Escobedo, le pongo el transmisor y le pido que me deje bailar con ella — Youji sonrió suavemente para un costado.

Youji hizo exactamente lo que había maquinado momentos antes, el transmisor estaba en el lugar indicado y él se encontraba con la fémina entre sus brazos.

—  No interfieras con mi trabajo — le dijo ella con una mirada inicua.

—  ¿Eh? — Youji la miró extrañado ante tal advertencia.

—  Sé quien eres y a que organización perteneces... Weiß ... — Ella se alejó de Youji dejándolo sólo en la pista de baile.

* * *

 

—  Estoy seguro de que se trataba de una prostituta, de esas de lujo — Comentó Ken mientras tomaba su desayuno.

—   No! — Refutó Youji.— Esa mujer no era una prostituta.

—   Como puedes saberlo.

— Ella... ella no olía como una prostituta.

—  Yo tampoco lo creo Ken kun — agregó Omi. — Esto es algo más grueso, al menos por lo que le dijo a Youji kun.

—   Espías — señaló Aya . — O... Una asesina... A sueldo.

—   Podía ser, quizás como... — pensó Youji.

La aparición de esta mujer estaba causando cierta molestia a Weiß y también a Kiritiker, pues se supone que ellos trabajan en la clandestinidad.

—  La próxima fiesta será en un crucero, se le facilitará una compañera y todos los equipos que sean necesarios para llevar a cabo su trabajo.

— Yo trabajo sola, no me gusta tener compañía de ningún tipo, además no pienso compartir mi paga con nadie — Aquella mujer que deslumbrara a Youji se hallaba conversando en una plaza con un hombre joven de unos 27 años que levaba ropas oscuras y tenía aspecto sombrío.

—   Lo de la compañera es algo que sugirió Mr. Krup por si necesitabas ayuda.

—  No necesito ayuda de ningún tipo y recuérdale a Krup que quiero mi pago en efectivo a la hora acordada.

—  Eso siempre y cuando aniquiles a Escobedo. — A lo que la le chica respondió asintiendo en forma seria.

—    Por cierto...

—  Si, dime. — Por un momento pensó en comentar la interferencia del grupo Weiß en la fiesta anterior.

—   No... nada, no es nada.

—   Bien entonces hasta pronto. — El hombre se retiró rápidamente de la plaza.

Manx se encontraba con los muchachos en el sótano dando las últimas instrucciones con respecto a la misión de esta noche.

—  Se a acordado que la mujer de la fiesta sea agregada a la lista de objetivos de esta noche, debe ser silenciada cuanto antes, no conviene que alguien ajeno a nosotros sepa de nuestro trabajo o nuestros movimientos.

—  Entonces las posiciones de anoche se repetirán — Exclamó Aya .

—  Kuso! De nuevo como vigilante en una puerta, Youji es el único que se la pasa groovy. — Refunfuñaba Ken.

—    Ken kun esto no se trata de pasarla bien — comentó Omi palmeándole el hombro a su amigo.

—  Lo sé, pero Kudou siempre se las arregla para pasarla bien. — Youji lo miró y le aventó un cojín en la cara para fastidiarlo más.

—    Baka!

* * *

Esa tarde Aya , Ken, Youji y Omi abordaron el barco en el que se llevaría a cabo la fiesta de cumpleaños de uno de los hijos de un traficante de estupefacientes muy amigo de Escobedo.

Como fue acordado todos conservarían las mismas pociones de anoche.

—  Omi esta vez tú te encargas de las luces, Ken tú y yo le montaremos guardia a Escobedo, mientras Youji entrará al camarote de este en busca de más pistas que puedan ayudarnos a dar con su organización, de la espía después me encargo yo.

Los muchachos se repartieron por todo el barco como habían quedado, tenían que apresurase pues era el último día de Escobedo en tierras niponas.

—    De la espía me encargo yo... — Las palabras de Aya resonaban en la mente de Youji.

En el camarote de Escobedo alguien se le había adelantado a Balinese; efectivamente, la exotic girl como Youji la había denominado al no saber su nombre, estaba ahí indagando entre las cosas de aquel hombre, de pronto al sentir que alguien manipulaba la manija de la puerta ella se escondió bajo la cama, después de todo ella estaba armada y lista para lo que surgiera.

—  Hum, hum, hum. — Youji ingresaba de lo más despreocupado a la habitación, se sentó en la cama e inició su tarea rebuscando en los cajones al juzgar por su expresión llenos de cosas inservibles; pero un olor llamó su atención, un olor que le era familiar, Youji comenzó a recorrer la habitación olfateando hasta que su agudo olfato para con las féminas lo llevó a arrodillarse y mirar debajo de la cama.

—  Pero miren nada más a quien tenemos aquí — dijo Youji en tono irónico mientras le lanzaba una sonrisa y un guiño; y ahí estaban cara a cara, Youji le tendió la mano para ayudarla a salir cuando de pronto sintió pasos que se acercaban al camarote, de inmediato se metió bajo la cama pues el que venía entrando era Escobedo muy bien acompañado de una hermosa mujer.

—  Y bien linda ¿como dijiste que te llamabas? — Escobedo acariciaba el rostro de la chica mientras esta sonreía coquetamente, la habitación se llenó de risotadas causadas por el efecto del consumo de estupefacientes y abundante licor, debajo de la cama Youji y su acompañante se miraban el muy fresco y ella quería matarlo con la mirada.

—    Ahhhhhhh!!!.... Ummmmm!!!!!

—    Jajajajajajajaja!!!!!!

Escobedo y la mujer yacían en la cama teniendo relaciones sexuales, mientras Youji hacía cada gesto debajo de la cama burlándose por lo que pasaba casi sobre ellos, para su compañera la situación era bastante embarazosa pero ella mantenía la frialdad en su rostro; un buen rato paso hasta que los dos amantes se marcharon de la habitación no sin antes asegurar la puerta.

—  Vaya, vaya!!!!, hasta que se cansaron ¿Verdad? — Youji le hablaba a la chica sin abandonar la sonrisa.

—  Te dije que no interfirieras con mi trabajo. — le contestó de mala manera mientras se dirigía a abrir la puerta.

—  ¡Maldita sea!, la puerta está con llave. — Masculló la muchacha por lo bajo, Youji se acercó a ayudarla en su intento por abrir la puerta. — Mmm... pues nada podemos hacer está con llave — le sonrió.

—    ¿por qué no te quitas esa sonrisa estúpida que tienes?

—    Por la sencilla razón de que no tengo otra ¿sabes?, y... ¿cuál es tu nombre?

—    Que te importa — Ella le contestaba siempre de mala forma.

—  Kudou Youji para servirte en lo que sea *utsukushii ojou chan, menos abrir la puerta claro, y... me decías que te llamabas...

—  *Shineeeeee!!!!!! — Ella se le abalanzó con un pequeño puñal, pero él la detuvo a tiempo sujetándole la muñeca tan fuerte como para que soltara el arma

—    Bonito nombre — Le sonrió de nuevo alzando una ceja.

Una hora completa pasó desde que se quedaron encerrados en el camarote, todos los intentos de Youji de seducir a la muchacha se veían frustrados a cada momento y esto realmente empezaba a preocuparle al casanova — ¿Estaré perdiendo mis encantos?, no, no creo. ¿Será lesbiana? — Se preguntaba mientras mataba el tiempo sentado en un extremo del camarote tarareando una melodía y moviendo la cabeza al son de ella

—    Hace buen rato que envié un mensaje para Omi ya deberían estar aquí él o los otros para sacarme. — Pensaba.

De pronto pescó una de las bandejas con canapés que estaban en una mesa pequeña y empezó a comer.

—  ¿Quieres?, Están buenos, vamos pruébalos — Le ofreció a su compañera.

—  No gracias. — Epa! Por fin algo amable de tu parte, ¿sabes? Me recuerdas a un colega mío. — Sin duda se refería a Aya que pronto estornudó en la cocina del barco. — Alguien está hablando de mí — Pensó Aya .

—  Como shine no es un nombre apropiado que te parece si te llamo exotic girl o mejor aún que te parece Cattleya

—  Payaso — Le hizo un gesto de enfado.

—   Las cattleyas son flores exóticas...

— Cállate. — Le tapó la boca con una mano.

—   Hasta tu aroma es exótico — Pensó Youji.

El estómago de ella resonó de hambre y ella se sonrojó un poco, entonces Youji volvió a ofrecerle comida que esta vez ella aceptó.

—   ¿Quieres beber algo?, hay champagne, vodka, tu eliges que tomar.

—  No bebo. — Le contesto antes de comer el primer bocado. — Ump!!! — Sus ojos se llenaron de lágrimas en el mismo instante en que masticó y comenzó a toser fuertemente.

—  Eh! ¿Qué pasa?, ¿Estas bien? — Ella arrebató la copa de champagne que Youji tenía en las manos y la bebió a toda prisa.

—  ¿Porque no me dijiste que esta cosa era picante?. — le increpó muy molesta mientras se recuperaba.

—    ¡Vaya! pensé que no bebías. — al ver que no era nada grave Youji le hablaba muy divertido.

—    Sé que ustedes, sí ustedes, los Weiß, ya me tienen en la mira, eso yo lo sé de sobra.

—    Ops! Te embriagaste con una sola copita de champagne.

—    ¿Qué? Ebria ¿Yo?, no sé de que hablas idiota .

Pronto ambos estaban sentados en el piso bebiendo lo último del champagne y mientras ella estaba más habladora que nunca, él sólo escuchaba con atención las cosas que ella decía entre risas, pero no podía evitar sentirse un poquito culpable por haber hecho que siguiera bebiendo.

—¡*Kampay! — Al unísono.

—  Hasta ebria eres linda. — Youji tomó el rostro de ella y le hizo una suave caricia que la hizo estremecer.

—    Quítame las manos de encima ¡Pervertido! *Bureimono ohanashinasi yo!!!!! — Le empujó la mano violentamente.

Youji se retiró un poco, después de todo él es un caballero y jamás molestaría ni haría cosa parecida a una mujer.

—  Una vez que acabe con Escobedo podré marcharme de este país.

—  También eres una asesina a sueldo como nosotros o esto es algo personal.

—  ¿De verdad quieres saber?

— Si tú me lo quieres contar...

—  Okay, cobraré una jugosa cantidad cuando entregue la cabeza de Escobedo.

—  Y ...

— Ya, ya sé que me vas a preguntar, ja! no, no tengo familia que mantener ni deudas grandes que pagar ni nada que se le parezca, a mí me gusta el dinero okay "Tanto tienes tanto vales", el dinero me llena y con él puedo hacer y comprar lo que me plazca. — Youji la miró un poco extrañado.

—  No te creo, una chica tan linda no puede ser así.

—  Ja! Linda ¡Por favor! No me hagas reír, yo no soy linda dejé de ser linda hace cuatro años ahora sólo soy mala y ambiciosa aparte de asesina claro, además cuento con un arma que ni tú ni ninguno de tus compañeros tienen, es un arma muy peligrosa contra  ustedes lo hombres.  

    Y ¿cuál es esa famosa arma? — Le preguntó sonriendo.

    Hum! Mi femineidad — Alzando coquetamente una ceja. — Esa es mi mejor arma para manipularlos a mi antojo, precioso. — dejando escapar una sonrisita sarcástica

    Jajajajaja!!!!!

— ¿Qué es lo gracioso Kudou kun?

    Es que tienes toda la razón, Preciosa.

    Y... ¿Sigues pensando que soy linda?

— Mmsí.— le respondió mientras seguían bailando.—    Mmm.....¿De donde eres linda?

—  Ha- ha- ha, eso no te lo diré jamás.

—  Pero eres latina ¿Verdad?

— Cierto hip!, perdón es que no bebo.

—  Tampoco me dirás tu nombre ¿O sí?

— mi nacionalidad y mi nombre es algo que debe permanecer en el olvido Kudou... kun

—   Sólo dime Youji.

—  ¿Y tú? No me digas que lo haces por súper héroe.

—    Mmm... No lo mío es una larga historia.

 

* * *

—  Se puede saber donde diantres se metió Youji — Aya estaba a punto de reventar de rabia.

—  Está perdido desde la tarde ¿creen que le halla pasado algo? — comentó Omi

—  No!!! Estoy seguro de que está en flirteos con alguna mujer. ¡Mujeriego de mierda! — Youji estornudó — Aya debe estar maldiciéndome a esta hora.— Pensó y se sonrió.

—   Ubica a Ken y dile que esté alerta en una hora se deben apagar las luces.

—   Hai!, Y... ¿que? con Youji kun.

—   Ahora me importa un carajo lo que esté haciendo.

—  Jaja! Yo les dije Youji nos iba a joder la misión.

— Ken kun!

—  En una hora comienza el operativo con o sin Youji, entendido — Aya estaba con el ceño más que fruncido en ese momento.

En el camarote Youji y su "amiga" seguían charlando.

—  Ya es de noche — Le dijo Youji en tono periodístico.

—  Estoy segura de que tus colegas ya se me adelantaron, perdí a Escobedo ¡carajo! — exclamó mientras cubría su rostro con las manos

—  Mmm... ya te vas recuperando de los efectos del licor ¿No?, ¿Acepta bailar conmigo señorita? — Youji se paró y le tendió la mano, ella lo miró y sonrió par un costado con gesto de "bueno pues que me queda" y aceptó. Ambos bailaron por mucho rato pues la música del salón de recepciones llegaba hasta los camarotes

—  Ja! Traigo puesto el vestido indicado, el arma, y todo planeado para esta noche y mírame aquí bailando con un play boy de cuarta.

—  ¿¡De cuarta!?, Y yo con una caza recompensas ambiciosa y malvada. — Ambos rieron.

—  Por primera vez sonríes sinceramente

— ¡Cállate! — Se apegó más a él mientras bailaban una pieza suave.

—  ¿Sabes?, tú hablas demasiado, los hombres no deberían hablar.

— *Nani?!!! — le dijo Youji muy sorprendido pero aún sonriente.

—    En efecto ustedes se dividen en dos categorías.

— ¿Dos categorías? — Alzando una ceja.

—   Los que no sirven para nada y los que sirven de adorno.

— Nani!!!!!!

—   Ah! te molesta ¿Verdad?, los hombres no me quieren a mí, entonces tampoco yo los quiero ni los necesito.

— Ah por ahí va la cosa. — Pensó Youji.—   Y... ¿Cómo son los que sirven de adorno?, si se puede saber...

—    Los que son lindos como tú, precioso.

— ¿Me estás Seduciendo?

— No.

—  Ustedes creen que porque son hombres el mundo es suyo y lo pueden todo sólo por el simple hecho de serlo, y ustedes los hombre japoneses al igual que los latinos son demasiado machistas.

— hum... Ya veo.

—  Los que son como tú por ejemplo piensan que son tan irresistibles que todas las mujeres del mundo quieren irse a la cama con ustedes.

— ¿Como puedes saber como soy yo si ni siquiera me conoces?

—  Lo percibo por tu forma de hablar, tus movimientos, la forma como estas vestido me dice que tu no eres de los que se dan una simple ducha y salen a la calle, aparte tus manos hablan mucho de ti ¿Sabías eso?

—  Yo que pensé que eras una simple fierita y ahora me sales con todas esas cosas nena, me sorprendes.

—  Ves, creíste que yo no era capaz de pensar en cosas como esas.

— ¿Entonces sí te gustan los hombres?.

—  Ja ja ja ¿pensaste acaso que era lesbiana por el simple hecho de no rendirme a tus pies?, ¿sabes que pareces?, una de esas aves que realizan toda una danza para atrapar pareja, eres un tipo engreído presuntuoso e idota.

—    En serio!!!! — Youji le contestó muy Solazado.

Poco a poco la tensión entre ellos se fue disipando y entre pieza y pieza Youji la contó sobre su pasado y lo sucedido con Asuka, porque se lo contaba ni él mismo sabía por que lo hacía, tal vez porque la permuta era justa.

—  T e confieso que desde que te vi pensé en llevarte a la cama, pero ahora...

— No me digas ahora que me escuchaste hablar me detestas por pensar así, es natural eso sucede con todos los hombres que he conocido.

—  No!!!!!!, ¿Por qué crees que te conté sobre mi pasado? ¿Acaso piensas que se lo ventilo a todo el mundo?. Aunque por momentos me das en el suelo con tus comentarios, me interesas más que para sólo hacerte el amor.

—   Mentiroso.

— Por lo que me dices percibo que tú no confías en nadie.

—   Tienes razón, sólo confío en mí, y que me dices de ti, eres un cobarde que se ha aferrado al recuerdo de una mujer. — Youji decidió ignorar su comentario.

—  Pero me doy cuenta de que no puedes aceptar una palabra amable de nadie. ¿Porque piensas que son mentiras? O ¿Por qué crees que no las mereces?

—  Tal vez sean ambas cosas, dime Kudou kun ¿Quién podría amar a un asesino? — Youji se quedó pensando un momento y recordó que en algún momento de su vida también él se había hecho esa misma pregunta.

—  ¿Otro asesino tal vez? — Youji se le acercó lentamente hasta estar a escasos milímetros de sus labios, podía sentir su respiración acelerarse por el nerviosismo.—   Tú tienes miedo de amar y sentirte amada. — le susurró.

—   Yo no necesito eso. — Resoplando y alejándose de él.

—  Piensas que si te dejas amar te convertirás en una persona débil, ¿verdad?, déjate amar, deja que te protejan, puedo ver rencor en tu interior... En tus ojos.

—  Te equivocas conmigo, yo no necesito que me protejan ni que me amen... Ni nada, yo no soy una damisela en apuros, odio ese papel, aborrezco a las mujeres que no pueden defenderse solas.

—   Pues tú eres más cobarde que todas ellas juntas.

—  ¡Te odio maldito Weiß! — Se le abalanzó para encajarle un rodillazo en el abdomen, Youji se encogió hacia delante por el dolor, seguidamente ella codeo con toda su fuerza la espalda de este, Youji se incorporó, pero mientras eso ella lo cogió por detrás para tratar de estrangularlo, es imposible que una mujercita tan menuda como ella pudiera con él pero aún así la fuerza de esta era admirable, Youji entrelazó sus piernas con las de ella para hacerla caer pero sin intenciones de lastimarla, y efectivamente ambos fueron a dar al suelo y después de un par de volteretas, él quedó sobre ella, ambos podían sentir sus jadeos por la agitación producto del altercado, Youji entonces fijó su mirada en los labios de ella entreabiertos que dejaban salir su aliento agitadamente, no se contuvo más e impuso sus labios contra los de ella, que a pesar de resistirse a ser acariciada terminó besándolo también, yacían los dos en el piso estrujándose apasionadamente, hasta que súbitamente ella se alejó un poco.

—  ¡Detente! Kudou, para... Detente por favor. — suspirando perturbadamente volviendo la cabeza hacia un lado para no tener que enfrentarlo.

—  ¡Niega que te gustó!, ¡vamos! ¡Niégalo!. — Por un momento Youji pareció perder la paciencia, pero pronto se calmó y le hablo suavemente. — Yo sé que te gusto lo supe desde el primer momento en que voltee a verte anoche y tú me... Gustas, deseo tu piel, ¡Vamos! Mírame o es que tienes miedo verme a los ojos. — Youji le cogió el mentón obligándola a enfrentarlo. — Aquí no sucederá nada que tu no permitas.

Ella asintió un poco vacilante y sólo se relajó para dar anuencia al cuerpo tórrido de Youji. — Descuida, seré suave. — Le susurró al oído mientras mordisqueaba uno de sus hombros.

 

* * *

Omi se encontraba dando los últimos toques a la caja de los fusibles que automáticamente volaría a la hora indicada.

—  Es mejor que ustedes se queden aquí, yo tomaré sus lugares por unas horas nada más. — Ken acomodaba a dos muchachos casi de su edad en un camarote, él los había dejado inconscientes porque lo pillaron mientras hurgaba en un camarote, los muchachos eran camareros así que Ken tomó prestadas las prendas de uno de ellos.

Aya y Ken se encontraron en uno de los pasadizos.

—   Y... Youji ¿Apareció? — Preguntó Ken, Aya sólo hizo un gesto negativo con la cabeza.

—   En estos momentos estoy tras la mujer.

—   ¿Tan pronto la hallaste?

— Aún no, estuve por todos lados pero no hay señas de ella.

—  No creo que ella no haya venido, debe estar en abordo en algún lado. — Ken hizo una mueca de leve fastidio y comentó lo que como ráfaga la pasó por la mente.—   Y si ella y Youji... no, no creo, olvídalo Aya .

—  Más le vale a Youji que no.— Pensó el pelirrojo. — en todo caso seguiré buscándola por veinte minutos más a las 00:00 horas comenzaremos.

El plan era originar una explosión para así crear alboroto y por consiguiente la inmediata evacuación del navío, pues no les convenía trabajar con tanta gente abordo. En el camarote de Escobedo Youji se hallaba desnudo sentado en el piso apoyado contra la pared con la chica entre sus piernas también desnuda, sentada dándole la espalda mientras este la envolvía con sus brazos, retozando tranquilos y sonriendo apaciblemente conversaban.

—   No fue tan malo o ¿sí? —Youji le acariciaba el cabello.

—   Hum.

— ¿Porque no me dijiste que eras virgen? — A modo de leve reproche.

—   ¿Era tan importante que lo supieras?, ó ¿Pensaste que una mujer como yo no podía ser casta?, Pero... ¿Cómo te diste cuenta de eso?.

—   I know [yo lo sé]. — Le contestó muy fresco.

—  Te odio.

— Nani?

— Porque me juré a mí misma que jamás me iría a la cama como un tipo como tú.

—  Mmm... Bien al menos no rompiste del todo tu juramento.

— ¿Por qué?

— Puesto que no lo hicimos en la cama.— le dijo sonriendo muy satírico, mientras se fumaba un cigarrillo.

—   Payaso.

— Y... Ahora...

—    !Nada! — Ella se levantó, cogió sus prendas y empezó a vestirse.—    ¿Que miras? — Le dijo muy seria.

—    ¿Esto... No significó nada para ti?

— ¿Y para ti significó algo?

—    Desde luego que sí.

— Para mí también pero es mejor que tú no lo sepas Youji. — Pensó.—    ¿Qué esperas? vístete precioso.

Minutos después ambos estaban cada uno en un extremo del camarote, Youji fumando y ella pensando en lo que acababa de suceder. — Diablos! Debo haber enloquecido, pero ya está hecho y no hay marcha atrás...— Pensaba.— Eres el primero que se da cuenta de todo lo que tengo guardado adentro, pero... pero... no puedo creer en todo lo que dijiste, Maldita sea ¿por qué? no puedo creer ¿por qué...? Y...

De repente el silencio en la habitación se vio interrumpido por una estruendosa explosión en algún lugar del navío y  el abrupto ingreso del mismísimo Escobedo en el camarote, que corría en busca de algo.

—  Mierda! ¿Quienes son uste...

— No te muevas si intentas algo te mueres.— La muchacha atrapó a Escobedo por detrás y le apuntaba en las sienes con un arma, Youji se hallaba tan sorprendido como el mismo Escobedo y únicamente se limitó a observar.—  El chip, ¿Donde esta el maldito chip?

— ¡No sé de que hablas! — El hombre contestaba muy exaltado.

—  No te hagas el estúpido porque si no me lo entregas te vuelo los sesos en este mismo instante. — la chica dio un disparo al techo para intimidar al tipo, el cual dio un sobresalto.

—  Okay tú ganas linda. — Escobedo se quitó el reloj y de él sustrajo una diminuta pieza la cual quiso entregar a Youji el pensar que este era su compañero.

—  ¡No!, Ese chip es mío, él no tiene nada que ver en esto. — Refiriéndose a Youji, el tipo le entregó el menudo artefacto.

—  Lo siento tanto Escobedo pero mis órdenes son aniquilarte. — Le dijo irónicamente mientras de un disparo acabó con él, cubierta por una lluvia de sangre fijó sus ojos en Youji a modo de despedida, pero en ese preciso instante hizo su aparición Aya y su refulgente katana.

—   Suelta el arma. — dijo el pelirrojo en forma imperativa.

—  Ni lo pienses punk. — ella dirigió su arma hacia Youji. — Si te mueves un milímetro tu amigo se muere.

Aya soltó la katana dejándola en un lugar donde ella pudiera verla, entonces la muchacha tomó a Youji como rehén y comenzó a salir de la habitación junto con él.

—  Descuida precioso de ningún modo te haré daño, sólo te necesito para escapar viva de aquí.— Le susurró al oído.—  Y tú punk mucho cuidado o él se muere okay! — Le advirtió en forma imperiosa, su mirada era tan fulgurante como la de Aya .

Pronto llegaron a cubierta, en donde un hombre la esperaba con un portafolios, ella le entregó el chip.

—    Escobedo está en su camarote tal y como Krup lo deseaba.

—    Bien Hikaru aquí está su paga y como quedamos el helicóptero es suyo.

—    Okay. — Ella besó a Youji por última vez y lo dejó libre

—  Me gustas y...

— Y tú a mí Youji. — A continuación subió al helicóptero y desde allí le dijo a Youji:—  No te diré adiós, si algún día nos volvemos a encontrar, continuaremos con lo que tenemos pendiente, entonces me llamarás Karla ¿Okay?

—  Okay... — Youji se quedó parado mirando desde la cubierta como se alejaba el helicóptero, Aya, Ken y Omi llegaban corriendo pero ya era tarde pues aquella mujer ya se les había escapado, ellos sólo observaron a Youji y percibieron lo que había pasado.

—    Okay... Karla chan.

Colofón:

    Ne, Youji kun *mitte mitte!!!!!

    Eh?

    Pude encontrar algo de la información que me pediste acerca de "Tu caza recompensas",

Nombre clave: Hikaru
Nombre verdadero: Desconocido.
Nacionalidad: Desconocida
Edad: 19 o 20 años.

Y... Trabaja para la organización que mejor le pague.

 

Das Ende.

 

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